jueves, 16 de octubre de 2008


Sabía que bastaría con sentarme en el reposabrazos izquierdo del sofá mientras comía un helado después de la cena, como siempre acostumbro a hacer, preguntándome aún si había sido buena elección reservar mi vinagre preferido para otra cena más sustanciosa.


Sabía que ésa mirada furtiva, a medias al plato con el pescado ya frío, a medias a mi cara, era el prólogo a la incesante, aunque silenciada, afirmación de siempre. Sabía que había pasado mucho tiempo desde la última vez.


Sabía que no era inofensivo, sino semiincendario ese comentario acerca del montón de pecas que me había sacado el sol de otoño.


Sabía el orden correlativo de la siguiente pregunta. Y que no hay dos sin tres.


Lo sabía, pero esperé que lo hiciera.


Fue mientras recogía el último plato, cuando mi madre me miró y afirmó categóricamente:

"Hija, en esta vida, uno tiene que saber lo que quiere".



Entonces fue cuando salté, y escapé volando por la ventana.




5 comentarios:

Дав Галински dijo...

genial como siempre!!!

ya estas en los blogs de mi blog

Pin Pistoles dijo...

Muchas gracias por su amable invitación (uppss! no me he presentado. Señor filigranes al aparato)



[miro si me deja firmarte aqui y sigo]

Pin Pistoles dijo...

yeah, el experimento funciona.


Bien, veamos. Le propongo un plan.
Si a usted le parece oportuno jugaremos a algo. Se trata de la primera entrada de este blog. Me han entrado repentinas ganas de intentar reducir todo eso a una pequeña letra, que pueda encajar en su correspondiente música. Usted puede hacer lo mismo, si lo desea.

Si me da su permiso, nos pondremos manos a la obra.

eDu dijo...

Ohhhhhhh, no mates el blog, que me he abierto una cuenta de google sólo pa poder postear, jejejejeje

Yoni Melavo dijo...

Ay, qué importante los consejos de las mamás!